La vitalidad de una buena capacidad estructural.

La estructura es el comienzo de toda construcción, es la base, el punto de partida de toda vivienda. En donde luego se sostendrá el futuro proyecto. Es imprescindible su correcto diseño y posterior armado. 

Una estructura esta constituida generalmente por un arreglo de elementos básicos que deben aprovechar las características peculiares de cada elemento y lograr la forma más eficiente del sistema estructural global, cumpliendo con las restricciones impuestas por el funcionamiento de la construcción y por muchos otros aspectos.

Las características principales que se busca obtener y son tenidas en cuenta en los sistemas estructurales son su resistencia, rigidez y ductilidad. El sistema tiene que poder resistir de manera eficiente las diversas condiciones de carga a las que puede estar sometida y poseer rigidez para diferentes direcciones en que las cargas pueden actuar, tanto verticales como horizontales. La ductilidad es necesaria en el sentido de que no baste que se alcance un estado límite de resistencia en una sola sección para ocasionar el colapso brusco de la estructura, sino que esta posea capacidad para deformarse sosteniendo su carga máxima y, posea una reserva de capacidad antes del colapso. Con respecto a esto último hay que recalcar las ventajas de la hiperestaticidad del sistema. Mientras mayor es el grado de hiperestaticidad, mayor es el número de secciones individuales que tienen que llegar a su máxima capacidad antes de que se forme un mecanismo; esto siempre que los modos de falla que se presenten sean dúctiles y que las secciones tengan suficiente capacidad de rotación.

Para los principales tipos de estructuras civiles, en la creación de viviendas, existen estructuraciones comunes. Con los avances tecnológicos en la construcción se ha perseguido la búsqueda de mejorar su rendimiento. En las construcciones modulares Meldorek ofrece una elevada capacidad estructural, para resistir solicitudes improvistas.